Fue un éxito diplomático y profesional argentino en apoyo de la posición de nuestro país en la controversia de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, a escasos cuatro meses del cese de las hostilidades en el Atlántico Sur.
Fue el resultado de un trabajo de equipo dirigido por el entonces Canciller Juan Ramón Aguirre Lanari, secundado por el Representante Permanente ante Naciones Unidas Embajador Carlos Muñiz, e integrado por un grupo de diplomáticos profesionales argentinos que, tanto en Nueva York como en Buenos Aires, en América Latina, Europa, África y otras regiones, trabajaron intensamente para lograr el apoyo al proyecto.
La resolución fue aprobada por 90 votos a favor, 12 en contra y 52 abstenciones e instaba a los Gobiernos de los dos países a reanudar las negociaciones para encontrar en el más breve plazo una solución pacífica al conflicto de la soberanía en la cuestión Malvinas. Su principal mérito fue el haber reflejado que la guerra no había modificado la naturaleza de la controversia de soberanía ni las Partes en ella ni la posición y derechos de la Argentina.
Seguía siendo una disputa bilateral entre el Reino Unido y la Argentina en la que estaba en juego la integridad territorial de la Argentina y en la que no había un pueblo con derecho a la libre determinación sino solo habitantes cuyos intereses debían ser tenidos en cuenta en las negociaciones bilaterales.
Por último la resolución invitaba al Secretario General de la ONU a iniciar una nueva misión de buenos oficios a fin de asistir a las Partes para reanudar las negociaciones con el fin de encontrar en el más breve lapso una solución pacífica al conflicto de soberanía.